Soy de la opinión de que la disciplina en el aula es muy importante, tanto, que yo diría que sin una buena disciplina, los alumnos difícilmente podrán aprender algo aunque el profesor sea una eminencia en su materia. Además, a todo esto hay que sumarle que la educación que reciben hoy los alumnos es mas relajada que la de hace décadas. (Esto lo digo como madre de tres adolescentes comparando la forma en la que se relacionan conmigo y comparándolo con la forma en la que mis hermanos y yo nos relacionábamos con nuestros padres. No es parte de un estudio)
Recojo aquí, pues, las cosas que a mi me funcionan en el aula a la hora de mantener la disciplina, lo hago a título informativo. Puede que coincidamos en muchas, en pocas o en ninguna y también puede que te apetezca probar alguno de ellos. ¡Al lio!
Usa tus ojos. Mantén contacto visual con tus alumnos, escanea el aula para detectar signos de aburrimiento, intranquilidad o distracción. Muchas veces, con una mirada severa es suficiente.
Usa tu voz y tu cuerpo. No hay que gritar, si no hablar claro y solo lo suficiente. Hay que moverse por el aula, guiar a los alumnos cuando están realizando alguna tarea.
Desarrolla la empatía. Si queremos que nuestros alumnos nos hagan caso, necesitamos que sepan que nos preocupamos por ellos, interesarnos por sus preocupaciones. Se sincero y admite tus propios errores. Se amable y cercano. Elógialos y concédelas el beneficio de la duda.
Se consistente. Trata a todos los alumnos por igual. Cíñete a las reglas del aula (es útil consensuarlas con los alumnos al principio del curso) y las rutinas.
Usa tu autoridad. Eres quien manda y ellos lo saben. Seguramente querrán ponerte a prueba pero la mayoría de los adolescentes quieren aserción y alabanza. Aprecian un entorno seguro, o sea que, se firme y no discutas, sobre todo con un alumno en particular delante de toda la clase.
Se profesional. Si tu objetivo es gustar a los alumnos, corres el riesgo de buscarte grandes problemas. En lugar de verte como colega de tus alumnos, tienes que verte como guía. Resumiendo, tu relación con los alumnos debe ser amigable pero no de colegueo.
Se organizado. Planifica una clase dinámica, empieza con algo que despierte la atención y el interés de tus alumnos. Apunta en el encerado lo que aprenderán en esa clase y las distintas partes para que no se pierdan.
Se claro y positivo. Cuando des instrucciones usa ejemplos y demonstraciones de lo que quieres que los alumnos hagan. Asegúrate de saber si conocen lo que tienen que hacer antes de comenzar la tarea. Refuérzales positivamente, recompensa el esfuerzo y el buen comportamiento.
Estas son, en mi opinión, las más importantes que puedes hacer, aunque seguro que hay muchas más. Lo importante es que el grupo sea disciplinado pues sin disciplina es difícil aprender.
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